Víctor Siladi es un innovador dedicado al arte de crear imágenes con el método de la fotografía. Su calendario, versión 2015, nos reserva un hermoso recorrido adornado por objetos que reposan en colecciones de museos y en monumentos de la Ciudad Primada. Se trata de un fideicomiso, una encomienda, un ideario heterogéneo donde se alternan tallas, orfebrería de metales nobles, obras de cantería, tapices y pinturas antiguas elaboradas sobre lienzos para transmitir cultura, espacio y tiempo.
¿Es posible innovar en humanidades?, se preguntaba una catedrática de ética y filosofía. Su respuesta no solo fue positiva, sino estimulante. Considera que es bueno invertir en ellas y que el resultado es rentable. La tarea prioritaria de las humanidades, dice, consiste en “reforzar los vínculos humanos; generar cultura y cultivar los ciudadanos potenciando sus raíces más valiosas, sin las cuales las sociedades quedarían desarraigadas”.
Un calendario, (calendarium), es un sistema para la división del tiempo, una relación de los días, semanas y meses adaptado al año astronómico. Cualquier diccionario o enciclopedia lo describe de esta manera, y señala además que el sistema actual fue establecido por los romanos y corregido por el papa Gregorio XIII en 1592, por lo que lleva su nombre: gregoriano.
La dimensión astronómica del calendario tiene mucho que ver con la relación de la Tierra alrededor del Sol y con la esfera celeste. El zodíaco (zodiakos, del griego) es la zona de esta en que se desplazan los astros del Sistema Solar. Se divide en 12 segmentos que reciben el nombre de las constelaciones comprendidas en aquel espacio sideral y su relación con la eclíptica “círculo máximo de la esfera celeste descrito en un año por el Sol en su movimiento aparente, o por la Tierra en su movimiento real”.
La geometría de la esfera celeste es dinámica y generadora de una ciencia adivinatoria, fuente de predicciones astrológicas. Configura un ordenamiento, una interpretación oculta, esotérica, una cultura entre cuyas especulaciones puede ubicarse la medición del tiempo.
Con el espíritu de las viejas utopías, disfruten pues de este calendario y de las imágenes con las que ha sido ilustrado. Convirtiendo un fenómeno cotidiano en un instrumento deslumbrante y humanista.